El maestro ceramista Julián Hernández se encuentra en Ciudad Juárez impartiendo un curso inicial de 40 horas a quienes desean crear bellas piezas ornamentales a partir del barro.
Este taller se está llevando a cabo en una de las salas del edificio Fonart, que antaño fue el escaparate fronterizo del arte típico de México (inmueble que por sus condiciones de abandono, en verano es un sauna).
El taller es impartido en forma gratuita, incluye los materiales y está limitado a 20 participantes, según la convocatoria emitida en días pasados por la Dirección de Difusión Cultural y Divulgación Científica de la UACJ, instancia que trajo al maestro.
En la primera sesión, los asistentes conocieron las generalidades del proceso de creación de la Nueva Cerámica de Paquimé, y a partir de la siguiente pusieron manos a la obra.
En esa sesión inicial, el maestro dio forma a una vasija sencilla para mostrar en vivo cómo se moldea el barro con las manos y los sencillos instrumentos que se utilizan (clips, una pequeña segueta y yeso para la base). Cada sesión transcurre con la amena charla del maestro (es un gran conversador), y la atención individual a cada tallerista compartiendo toda su experiencia de varias décadas como ceramista.
Inicialmente, las talleristas eran sólo mujeres, pero se han ido incorporando algunos hombres. Una serie de piezas terminadas, fue traída por el maestro a manera de inspiración para los aspirantes a ceramistas.
Los participantes aprendieron que hay barro de variados colores: blanco, rosa, negro, etc.), y que asimismo las pinturas que habrán de ser utilizadas en la decoración de cada vasija, son totalmente naturales.
En términos generales, el proceso consta de las siguientes etapas: modelado y recorte, secado, lijado, sellado con agua, aplicación de aceite, bruñido y pulido, pintado y, finalmente, quemado en horno.
Se parte de una especie de «testal» de barro (parecido a la masa con que se elaboran las tortillas). Se forma la base, y posteriormente las paredes de la pieza con algo así como un rollo o «chorizo» de la misma materia prima.
El maestro animó a sus talleristas, pero también bromeó, provocando la hilaridad generalizada:
-Si no aprenden a hacer cerámica, al menos aprenderán a hacer tortillas…
Por cierto que el horno es totalmente artesanal, y consta de una parrilla y una tina como tapa, no obstante lo cual se logra un acabado perfecto.
Las piezas que son creadas en la Nueva Cerámica de Paquimé (con sede en Nuevo Casas Grandes), muestran patrones tradicionales de la región, pero también de otras culturas como la Anasazi (en Estados Unidos), o de Villa Ahumada (en México).
Esta cerámica no tiene un fin utilitario, sino que es ornamental. En la antigüedad, se utilizaba en ofrendas.
Las obras de los ceramistas de Nuevo Casas Grandes no le piden nada a las de sus colegas de Juan Mata Ortiz.