Con el acompañamiento conjunto de un ensamble integrado por las dos orquestas sinfónicas de la UACJ y de sus propios músicos procedentes de CDMX, el cantautor Rodrigo de la Cadena rindió un tributo a los grandes del bolero (creadores e intérpretes) dentro del programa del Festival Internacional Chihuahua.
Intitulado, al igual que su más reciente CD, El bolero de mi vida sinfónico, el concierto del artista deleitó al público fronterizo durante casi dos horas con algunas de las piezas más importantes del género considerado la crónica romántica del siglo XX.
Rodrigo es un auténtico showman del bolero, ya que además de una potente voz para el canto, es músico con especialidad en piano, compositor, conductor de radio y TV, investigador y director artístico. En su presentación, además intentó algunos pasos de baile (movió el bote, pues), contó chistes y anécdotas y, en una palabra, hizo click con su audiencia.
Su playlist fue integrada con composiciones propias y de algunos de los más afamados autores e intérpretes de boleros como Luis Demetrio (La puerta), César Portillo de la Luz (Interludio), Luis Pérez Botija (Farolero), Chico Novarro (Cómo), Alberto Cortez (Como la marea), Armando Manzanero (Un loco como yo, No), Emilio Estefan (Con los años que me quedan) y José Alfredo Jiémes (Tu recuerdo y yo).
La velada fue cerrada con Rodrigo al piano y cantando un popurrí de piezas de la compositora Ema Elena Valdemar, todas del mismo género -el bolero- considerado por el artista como el «pervertidor y corruptor de mayores».
Durante el desarrollo del programa musical -con un toque jazzístico gracias sobre todo al ensamble de cuatro músicos de CDMX, entre ellos un bajo eléctrico y un baterista- Rodrigo celebró el encontrarse en Ciudad Juárez a invitación de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, a la vez que alabó la calidez del público («el abrazo de ustedes no lo tiene ni Obama») e hizo extensiva la invitación a todos a presentarse ensu segundo concierto, en el mismo recinto y a la misma hora (8:00 PM) este viernes 28.
Los arreglos a las piezas estuvieron a cargo de Juan Carlos García Amaro, y la orquesta fue dirigida por Lizandro Valentín García Alvarado.