La enfermedad de Parkinson es el resultado de la muerte de neuronas que controlan el movimiento, y debido a que se trata de un padecimiento tan agresivo, científicos de todo el mundo trabajan en dar con métodos para su detección oportuna, así como en su posible cura.
Tal pendiente también es abordado por investigadores de la UACJ, quienes han logrado un descubrimiento que ha sido de gran relevancia globalmente, pues con él se podría conseguir preservar la calidad de vida de los pacientes de esta enfermedad neurodegenerativa.
Fue en los laboratorios del ICB donde se descubrió que la proteína Parkinson 7, que existe de manera natural en el ser humano, cuenta con una función con la que tratarán de detectar la enfermedad a tiempo y frenar así la degeneración que causa una vez que la enfermedad aparece.
Entre los años 2015 y 2016, relató el doctor Alejandro Martínez Martínez, quien está al frente de la investigación, descubrieron que esta proteína, también conocida como Park7 es una verdadera esterasa, la cual le da la capacidad de romper ácidos grasos (que, en lenguajes más simples, es la composición de las grasas y aceites que se encuentran en los seres vivos).
“Todos contamos con la proteína Park7 en la sangre, hipotetizamos que ésta podría convertirse en una esterasa (degradadora de ácidos grasos) cuando se presenta un ambiente oxidante en cualquier parte de las células”, que es parte de lo que sucede en la enfermedad de Parkinson, años antes de que aparezcan los síntomas que ve el médico, explicó Martínez.
Tales descubrimientos son la base del trabajo que desarrollan actualmente los investigadores de la universidad, al evaluar si con su funcionalidad como esterasa esta puede ser utilizada para pre diagnosticar el Parkinson.
¿Cómo puede lograrse este pre diagnóstico?
El estrés oxidante juega un papel importante en el proceso de detección temprana de enfermedades, y es que, a pesar de que la oxidación se presenta de forma natural, cuando se desborda en grandes cantidades puede ser dañina para la salud, pero también puede ser utilizada como un indicador de enfermedades y, basándose en moléculas específicas, es posible conocer qué es lo que está ocasionando esos altos niveles de oxidación.
Es aquí donde se observaría el efecto de que al oxidarse la Park7 sería transformada en esterasa.
Científicamente está comprobado que el Parkinson se manifiesta tras la muerte del núcleo o sustancia negra del cerebro, en el mesencéfalo; pero, previo a ese desenlace, explicó el doctor Martínez, se presenta una inflamación en el sistema nervioso, lo que genera un elevado ambiente oxidante en el cerebro debido a la pérdida de uno de sus núcleos.
“Cuando la sustancia negra se muere, el cerebro deja de tener neuronas que sintetizan la dopamina (importante para la función motora del organismo) perdiendo también el control voluntario del músculo. Por ello, las extremidades de los pacientes de este padecimiento tiemblan involuntariamente”, relató.
Gracias a que la proteína Parkinson se encuentra en la sangre, al recorrer todo el organismo, esta puede hacer una evaluación de lo que está ocurriendo, entonces, el investigador Bioquímico, con ayuda de la actividad de esterasa de Park7, que es extremadamente barata y sencilla, podría saberse que hay neurodegeneración potencial de la sustancia negra. “Es importante saber con mucha antelación que el sistema nervioso está oxidándose, y ese padecimiento ocasiona que una proteína se convierta en una esterasa”.
¿Qué beneficio se obtiene con pre diagnosticarla?
Detectándose a tiempo esta enfermedad neurodegenerativa se puede retrasar su completa manifestación, al prescribirle al paciente, en una primera etapa, un tratamiento de estilo de vida en cuanto a los hábitos alimenticios y de sueño, y posteriormente se da un tratamiento farmacológico que la retiene, y asegura preservar una buena calidad de vida, tanto para el paciente como para sus familiares.
Del laboratorio al estudio de campo
Actualmente la doctora Marbella Chávez Solano, parte del equipo de investigadores, realiza el estudio poblacional para determinar qué variabilidades genéticas se van a encontrar en Park7, esto con el fin de corroborar lo que se descubrió en laboratorio sobre las funcionalidades que ofrece la proteína Parkinson para el pre diagnóstico de la enfermedad neurodegenerativa con la que comparte nombre.
A simple vista, la búsqueda de candidatos para realizar tales trabajos pareciera sencilla, pero es todo lo contrario. Esto se debe a que, en lo que respecta únicamente a Juárez, la región no cuenta con una asociación que apoye a las personas diagnosticadas, o a sus familiares, a sobrellevar esta enfermedad.
Otra situación que perjudica a la búsqueda de candidatos para la investigación es que existen otras enfermedades que en el sistema nervioso también provocan temblores involuntarios y problemas al caminar, por ello es que para esta siguiente fase del proyecto deben estar seguros que esa persona esté diagnosticada de Parkinson.
Hasta la fecha, 10 han sido los pacientes con Parkinson a quienes el equipo de investigación se ha acercado para desarrollar las variables genéticas necesarias para detectar con mayor precisión que el problema neurológico que se presenta es a causa de dicha enfermedad.
Globalmente reconocida la aportación que dio la UACJ
El descubrimiento de que Park7 tiene también la función de esterasa, y que su capacidad de romper ácidos grasos varía según el ambiente de oxidación que se tiene, fue una aportación muy importante en los estudios sobre el Parkinson.
Su trabajo dio un giro por todo el globo terráqueo posterior a la publicación de sus resultados, de tal magnitud que inclusive han sido citados por el prestigioso grupo editorial Nature.
Asimismo, este descubrimiento ha sido la base para otros trabajos que actualmente desarrollan científicos de otros países, como es el caso de la universidad de Múnich, en Alemania, quienes están en el diseño de un sensor.
Con base en ese hallazgo, en Rusia se está trabajando en observar el grado de oxidación que se presenta durante las cirugías, y la idea es que, a través del baipás, el cual durante la operación se encarga de filtrar la sangre, al hacer dicha función pueda calcular el nivel de estrés que se está generando al momento.
Quienes descubrieron esta función de la proteína Parkinson fueron los doctores Alejandro Martínez Martínez y Ángel Gabriel Díaz, junto con el estudiante de doctorado Emmanuel Vázquez Mayorga.
Mientras que el seguimiento de la investigación sobre la enfermedad de Parkinson, en sus aspectos bioquímicos fundamentales, lo conforma el Cuerpo Académico de Bioquímica Funcional y Proteómica del Estrés, en conjunto con estudiantes de Química, Químico Fármaco Biólogo y Biología, en colaboración con investigadores de la Universidad de Reno en Estados Unidos. (Texto y foto: Gaceta Universitaria)