El Primer Congreso Internacional de Ciencias Químico-Biológicas no pudo tener un mejor inicio con la participación de Mabel Gisela Torres como conferencista magistral.
De nacionalidad colombiana pero con dos hijos mexicanos (vivió en Guadalajara para un doctorado), Mabel es una científica con múltiples reconocimientos académicos a nivel internacional (entre ellos el Premio L’Oreal-Unesco a la científica del año 2010), pero a la par se ha desempeñado como divulgadora de la ciencia y, destacadamente, como impulsora de emprendimientos sociales en su lugar de origen: el Chocó, la segunda zona con mayor biodiversidad del mundo pero a la vez una región con grandes índices de pobreza y con mayoría afrodescendiente.
Luego de estudiar maestrías, doctorados y posdoctorados en diversas partes del mundo, Mabel Gisela regresó al terruño y creó el Centro Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo Productivo Sostenible de la Biodiversidad (Bioinnova).
De esa institución han nacido varias compañías que impulsan proyectos sociales para poner la tecnología al servicio de los saberes ancestrales de las comunidades de la región.
La científica está convencida de que es posible desarrollar una economía que respete los ecosistemas (Bioeconomía), y que consiste en el valor agregado a los recursos naturales.
-De lo que se trata -dijo a estudiantes de la UACJ- es trabajar con las oportunidades y no con las necesidades: es una ciencia con función social.
La labor desarrollada por la bióloga en Chocó (ubicada en la costa del Pacífico colombiano), consiste en desarrollar productos con recetas que se han transmitido de generación en generación. Así, las comunidades producen y comercializan ropa con telas orgánicas y colorantes biodegradables, artículos de aseo y cosméticos (jabones, cremas, etc.) con ingredientes regionales.
Reconoce que no es una tarea fácil, pues primero hay que ganarse la confianza de las personas, pues entre los grupos conque ha trabajado hay víctimas de la violencia y desplazados, y hacer la labor de convencimiento del valor de su conocimiento práctico sobre fauna y flora no es menos valioso que el científico.
Tampoco para el científico resulta fácil el reconocer que la ciencia debe cumplir con una función social, con resultados para la gente, agrega.
La bióloga actualmente está concentrada en la operación de Selvacéutica, una línea de productos naturales para el cuidado personal.
Gran ejemplo de desarrollo profesional