En la recta final del semestre, la Banda Sinfónica de la UACJ ofreció un soberbio recital con un repertorio de selecciones de grandes obras operísticas.
Intitulado precisamente Música de ópera, el programa musical fue integrado por oberturas preludios y arias en versión instrumental de obras del periodo clásico de la ópera hasta el contemporáneo de Verdi (Nabucco, La Traviata), Bizet (Carmen), Offenbach (Orfeo en los infiernos), Adam (Si yo fuera rey), Mascagni (Cavalleria rusticana) y Gershwin (Summertime, de la monumental Porgy and Bess).
Algunas piezas fueron fácilmente reconocidas por el público como El brindis (La Traviata); la suite de Carmen y la obertura de Orfeo en los infiernos (Offenbach) más conocida como el Can-Can.
La brillante interpretación del grupo de jóvenes músicos con el Mtro. Valentín Nedelchev en la batuta, transcurrió fluida ante un público atento y entregado al disfrute melódico.
Hacia el final de la presentación -en la pieza número 6, obertura de Si yo fuera rey), una inesperada y sonora palmada del director hizo callar a la orquesta e interrumpió el concierto debido a ruidos provenientes del balcón del recinto (el Centro Universitario de las Artes, CUDA).
Con un ademán señalando hacia el lugar de donde provenían los ruidos y algunas palabras («no puede ser»), el director demandó el silencio que es condición necesaria para un evento de esta naturaleza. Aparentemente se trató de un niño pequeño quien, a paciencia de los padres, golpeaba la barrera trasparente que sirve de protección a los espectadores ubicados en la parte alta del vestíbulo del CUDA.
Luego de que cesaron los ruidos que interferían con la presentación, y también a que dejaron de conversar algunos asistentes, el concierto terminó sin otro incidente aunque había más niños presentes, y con los aplausos del público reconociendo el talento de los músicos y su gran calidad interpretativa.