Por segundo año y para cumplir con el protocolo sanitario a causa de la pandemia, la parroquia Sagrada Familia llevó a cabo al aire libre la parte central del Miércoles de Ceniza.

Así, la parroquia puso a disposición de toda la feligresía la imposición de ceniza a quienes acudieran en su vehículo particular, sin necesidad de bajarse, con la recomendación de portar cubrebocas en todo momento.

Sólo se requería que el conductor o pasajero bajaran el vidrio de su ventanilla para que el sacerdote o servidor pudieran acercarse por unos instantes para aplicar la ceniza en la frente o coronilla, mientras pronunciaban las palabras «Arrepiéntete y cree en el Evangelio».

También se tuvo a disposición de los fieles la ceniza en pequeños envases (como los utilizados para servir salsa), a fin de que pudieran llevarla a personas que se encontraran confinadas en sus domicilios, ya sea por enfermedad o cualquier otro motivo.

El procedimiento contó con el apoyo de numerosos laicos, además del párroco Mario Manríquez y el vicario René Acosta, durante los dos turnos de la imposición de ceniza (mañana y tarde).

Para ello se marcó con conos naranja un carril desde la entrada al estacionamiento sobre la Avenida del Charro, y una vez allí se dividía en dos.

Laicos portando banderolas y chalecos reflejantes, indicaron cómo acercarse a los párrocos y servidores que imponían la ceniza.

Aunque la mayoría eran automovilistas, también se acercaron personas de a pie.

A primera hora de la mañana (8:00 AM), la parroquia llevó a cabo en la Misa correspondiente a la fecha, con aforo controlado en el interior, con la primera imposición de ceniza.

La imposición de ceniza marca el inicio de la Cuaresma, y se trata de un signo exterior de un cambio interior, indicaron los párrocos.