Un proyecto de la artista visual Ana Laura Castro Limón fue abierto en la sala principal del Centro Cultural de las Fronteras, el pasado viernes.
Se trata de Espacio y tiempo, que parte de una investigación de la tarjeta postal como arte objeto. La muestra permite la participación del público como se indica a continuación:
Instrucciones
1. Escoja un pedazo de papel de su preferencia.
2. Trace, escriba, dibuje lo que le gustaría que le escribieran en un papel (platique con su papel).
3. Coloque su pedazo de papel en su sobre.
4. Para concluir escriba alguna dirección a la que le gustaría que su sobre llegara, y a continuación deposítelo en la caja.
Seguidamente la explicación de la artista sobre la justificación del trabajo:
Espacio y tiempo | Exposición de arte correo
Correspondencia es un término que presenta varios usos en nuestro idioma, en tanto, uno de los más comunes es aquel que ostenta como sinónimo de mensaje. Y mensaje es, ya desde sus orígenes latinos, «algo que es enviado», «aquello que se envía».
Por otra parte, la palabra correspondencia es usualmente empleada para expresar la proporción o la relación que existe entre dos. Así, la correspondencia, que consiste en un texto escrito, será la que un individuo le comunica a otro alguna cuestión, o lo pone al corriente de sus novedades, circunstancias y nostalgias.
Aunque los mensajes se han mantenido en el tiempo y la estructura de su escritura no han cambiado demasiado, los cambios sustanciales que han sufrido son identificables en sus soportes y las maneras de ser enviados.
El mensaje antes del mensaje y el mensaje después del mensaje
La correspondencia escrita en forma de postal es signo de la pulsión por mostrar afecto de uno hacia otro; a través del mensaje en ésta, los comunicantes se manifiestan en lo textual-público. Hay, antes que romántico, un valor libertario. No se repara en temer que un extraño la lea. El recuerdo y el sentimiento superan lo críptico de lo íntimo para dejar de ser secreto: Me recordó a ti este lugar… Te extraño… Quisiera que estuvieras viendo lo que yo veo… Te mando esta postal desde...
La artista Ana Castro, en su obra Epístolas manifiesta, al igual que el escritor Antonio Muñoz Molina, el disfrute del anacronismo en el hábito de ver y tocar las cosas de cerca, en el escribir a mano un nombre querido en el reverso de una postal, pegarle el sello, dejarla deslizarse en el buzón. Todo ellos al pensar que la postal encontrará su camino en la lejanía.
Para Castro, el arte correo es esa interpretación que se genera en cada individuo al momento de tocar el papel en contacto con su propio pensamiento y su interés por el contenido de lo que tiene en sus manos. Así, la correspondencia se manifiesta como algo fugaz.
Epístolas surge como un proyecto para encaminar el arte a través del correo. Este medio le permite problematizar la imagen que se genera en los diversos materiales que lo componen. En el arte correo el mensaje se vuelve un punto central de expresión: el correo como mensaje, el mensaje como cuerpo, el cuerpo como pieza, la pieza como respuesta.
Al recibir la postal no termina la comunicación, sino que es donde comienza a crecer y a formarse una representación poética como imagen. Así el arte correo se convierte en un objeto poético, en poesía visual.
Este arte existe inseparable de una acción que no es conceptual, ni imaginaria, sino física y real. En este sentido Epístolas muestra las cualidades del arte correo como manifiesto de lo poético y de lo delicado, de lo personal, de lo íntimo… cualidades que cada vez más se han perdido en la actualidad con las nuevas prácticas de correspondencia digital.