La noche del sábado llegó a su culminación el primer gran evento recaudatorio de este 2022 para el Edificio de los Sueños.
La Expo-Subasta de Arte terminó con el remate de las piezas donadas por artistas locales e internacionales, que no fueron adquiridas en la etapa virtual.
El evento tuvo lugar en la Plaza Cervantina, específicamente en su plaza y en el Edificio de los Sueños (que consta de tres pisos más el sótano), una vez que cayó la noche pues las obras que se encontraban en exposición en el interior del inmueble, fueron exhibidas en diapositivas proyectadas sobre uno de los muros por medio de un cañón.
Durante el remate fueron adquiridas por compradores la casi totalidad de las piezas disponibles una vez que la subasta digital fue cerrada. Hubo desde pintura, hasta fotografía, textil, cerámica y arte wearable (joyería). Algunos de los artistas que donaron obra fueron Rafael Lozano-Hemmer, Israel Gómez Mares, Yorch Otte y Nayelli Hernández.
El remate fue dirigido por Cesario Tarín y Edgar Picazo, del Instituto para la Ciudad y los Derechos Humanos, A.C. (CIDHAC) y plataforma cultural Azul Arena, respectivamente.
El precio base de cada obra fue de aproximadamente el 50 por ciento del valor asignado por cada artista.
Dependiendo de cómo fue cada puja, fue posible adquirir una obra a un 25 por ciento de su valor. No fue indispensable contar con el efectivo en ese momento, ya que el pago y la entrega serían pactados posteriormente.
Tampoco sería necesario pagar en dólares, ya que se haría la conversión al tipo de cambio del día.
El procedimiento fue el siguiente: Se anuncia el precio base; al no haber una oferta del público el precio baja, y al generarse una el precio sube, con la última se cuenta hasta tres y la operación queda firme. Cada venta fue cerrada con el correspondiente martillazo, como se estila en las casas de subasta.
Se indicó que la recaudación total de la subasta -tanto la virtual y la presencial- excedió las expectativas en cuanto a recaudación, todo lo cual será destinado a la remodelación del recinto cultural. Las pocas piezas que no fueron adquiridas fueron reservadas para otra subasta en el futuro.
Antes y después del remate, hubo una convivencia entre todos los asistentes, con bocadillos y bebidas.