Por unas horas, don Renato Ascencio León estuvo nuevamente en suelo juarense.
Sus cenizas, contenidas en una urna, fueron trasladadas desde León (Guanajuato) para recibir aquí el adiós de los fronterizos con la celebración de la Eucaristía en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
La recepción de la urna encapsulada en un arcón de madera, estuvo a cargo del obispo José Guadalupe Torres Campos, esta mañana. Momentos antes, en la puerta de la Catedral, el pastor de los católicos había dado el pésame a la familia Ascencio.
Por protocolo litúrgico, fueron cuatro sacerdotes -y no los empleados que había comisionado la funeraria- quienes trasladaron el arcón en la procesión encabezada por el obispo.
Antes de la Misa que posteriormente se realizaría al filo del mediodía con la asistencia de todo el presbiterio, el obispo dio un primer mensaje en el cual se refirió a la entrega, amor y fidelidad conque don Renato se desempeñó en su paso de veinte años en la Diócesis de Ciudad Juárez.
«Nos enseñó el camino de Cristo… Enseñó con su palabra, pero también con su vida, con su ejemplo, como nuestro padres y pastor», agregó.
Señaló la tristeza por el deceso del Obispo Emérito, pero a la vez con la alegría y esperanza que da la fe.
«Están aquí sus cenizas, pero su presencia permanece entre nosotros,» dijo con emoción reflejada en la voz.
En la Celebración Eucarística que se llevó a cabo posteriormente, nuevamente don José Guadalupe Torres dio un nuevo mensaje, al que siguieron las palabras de don Gerardo de Jesús Rojas, obispo de Villahermosa (Tabasco), quien se refirió a don Renato como su amigo, además de mentor.
Una vez concluida la liturgia, el arcón con las cenizas que había sido colocado a un lado del altar, con los ornamentos ceremoniales (mitra, cayado, misal, casulla y estola), fue retirado en procesión hacia la salida del templo en cuya puerta ya había sido colocado un gran moño negro.
Allí, don José Guadalupe tomó la urna y la entregó a Moisés Ascencio, quien momentos antes había dado un mensaje de agradecimiento a la feligresía católica por el cariño demostrado en todo momento a su hermano. Asimismo dijo que durante su convalecencia en León, don Renato siempre había manifestado su amor por la diócesis fronteriza.
La procesión se dirigió a la Misión de Guadalupe como última parada.
Las cenizas de don Renato habrían de partir esta misma tarde de regreso a León, para ser depositadas en un nicho de un templo de aquella ciudad.