Además de ricos platillos, ¿qué más se puede hacer con aguacate, col morada, cebolla amarilla, frijol negro, betabel… y todo lo que se consigue en los días de mercado de las cadenas de autoservicio?
La respuesta es: teñido de textiles, en base a los conocimientos ancestrales de los pueblos originarios de México, en este caso el purépecha.
El taller es impartido esta semana por el artista y diseñador Vicente Vital, en el Centro Cultural de las Fronteras, a razón de dos horas diarias, de lunes a viernes, en forma gratuita y como pare del programa de actividades del Mes de los Pueblos Originarios en la UACJ.
Además de una variedad de frutas y verduras, también se utiliza palo de Brasil, que da un tono rosa intento. Otros vegetales permiten obtener azul, amarillo, verde y rojo, entre otros.
Para la cocción que dará como resultado cada color tradicionalmente son utilizadas vasijas de barro sobre fogata, pero se puede optar por peltre en una parrilla ya sea de gas o eléctrica.
Los tiempos de cocción varían, dependiendo del vegetal y de la intensidad del tono deseado, por lo que el proceso debe ser observado continuamente.
Se suele sumergir la prenda durante la cocción. En algunos casos se añade un poco de sal para hacer mas tenue un color.
El vinagre blanco y el jabon Zote rosa son utilizados en la parte final del proceso ya que ayudan a fijar el color.
El instructor explicó que el proceso tradicional utiliza la grana cochinilla, pero se trata de un insumo muy caro que debe ser pedido a proveedores en el centro y sur del país. Permite no sólo obtener un rojo intenso, sino utilizado en combinación da cualquier otro tono, indicó.