BRACEROS: DEL OLVIDO HISTÓRICO A LA MEMORIA DIGITAL

Instituciones académicas en EEUU crean el primer repositorio en línea sobre este episodio de la relación bilateral con México

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La incertidumbre reflejada en el semblante del ex bracero.

Las risas resuenan en la principal plaza de la ciudad (la que honra al Benemérito de las Américas, Benito Juárez) cuando uno de los adultos mayores que allí se reúnen cada domingo suelta la frase, ingeniosa aunque no exenta de ironía: “Ya son más palomas que braceros…”

Las aves se han acercado en busca de las migas de pan, que la mano del profesor Manuel Robles les arroja durante el plantón dominical que mantienen los ex trabajadores agrícolas fronterizos en la lucha de casi dos décadas –desde 1998- por la entrega de sus fondos de pensión. Mientras tanto ha reflexionado en voz alta, más que para sí, para sus compañeros de lucha.

Aunque al inicio del movimiento a la convocatoria asistían centenares, ahora cada domingo son menos los braceros que acuden a la cita pues muchos han muerto en espera de justicia, en tanto que otros por su deteriorada salud no pueden hacer el largo trayecto en autobús urbano desde sus colonias hasta el Centro Histórico de una ciudad afectada por la migración crónica que caracteriza a la frontera norte y que cada día se extiende más.

Algunos requieren el apoyo de bastón, andador o hasta de una silla de ruedas para trasladarse a la cita semanal. Los ex braceros saben que el plantón es una acción más simbólica que efectiva en la causa. Algunos lo manifiestan con palabras de desaliento. Pero allí están, en la plaza pública tomada como trinchera. Una serie de mantas colocadas en la reja que circunda al Monumento recuerda a propios y extraños el sentido de esta lucha y la visibiliza.

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La bracereada en plantón, cada semana.

EL OLVIDO HISTÓRICO…

A diferencia de otras luchas sociales, en ésta sus participantes van contra la injusticia, pero también contra el olvido: en la historia oficial que se enseña en las escuelas de México o de Estados Unidos no está el Programa Bracero –acordado por ambos gobiernos-, ni mucho menos se consigna la migración masiva de cinco millones de mexicanos entre los años 1942 a 1964 para levantar y salvar las cosechas de los campos agrícolas al norte del Río Bravo.

Es el de los braceros un tema que se escapó del pasado para insertarse en el presente… Pero ese pasado es tan brumoso que ha hecho difícil la labor de los contados investigadores que lo han abordado en México. Por el contrario, son generalmente extranjeros quienes se han trasladado a Juárez a conocer de primera mano los relatos de estos hombres o, en muchos casos, de sus viudas e hijos que han tomado la estafeta como sus herederos legales.

De esas entrevistas cara a cara han resultado capítulos de libros: uno de los más recientes es Border Odyssey, del investigador social Charles D. Thompson Jr., del Centro de Estudios Documentales (Duke University), o del documental Faces of time/Los rostros del tiempo, del mismo autor.

Unos años antes, el investigador social juarense Luis Alfonso Herrera Robles había publicado Historias de braceros: olvido y abandono en el norte de México, en el cual narra las historias de esos jornaleros provenientes de todos los rincones del México profundo que integraron la mano de obra barata (low cost) para un país en guerra donde ellos eran wanted but no welcome (requeridos pero no bienvenidos).

“Ellos –refiere Manuel Robles, dirigente de los braceros sin haberlo sido- padecieron la explotación laboral en los campos agrícolas estadounidenses. Recibieron pagos menores a los de otros trabajadores. Se les discriminó. Vivieron en barracas. Les fue retenida una parte de su salario para que lo recibieran una vez que regresaran a México… Y ese reembolso nunca llegó”.

Desde el inicio el proceso era un viacrucis para los braceros –según testimonios recabados por Robles- pues al ingresar a territorio estadounidense todos eran fumigados, como si portaran una plaga (o como si lo fueran). Nada indigna más al activista cuando cada domingo en el relato de la historia de los braceros a los reporteros menciona esas circunstancias. Una serie de mantas que son colgadas como parte del plantón en la cerca de fierro que circunda la efigie del Benemérito, muestran imágenes de ese episodio infamante.

A 56 años de que inició, y a 34 de que concluyó el Programa Bracero, el gobierno mexicano mantiene esa deuda histórica, ya que los 38 mil pesos de apoyo social asignados a cada bracero no es sino una mínima parte de los ahorros retenidos por sus patrones y depositados en cuentas del gobierno estadounidense y transferidos al gobierno mexicano al término de cada año fiscal.

Por otra parte, han sido muy pocos los que han recibido el dinero. La mayoría sigue en lista de espera, con tan sólo un número de folio proveniente de las mesas de registro instaladas por la Secretaría de Gobernación en el año 2004 en varias ciudades del país. Pero muchos otros quedaron fuera a causa del excesivo papeleo o por errores de sus nombres en los documentos que aportaron. En circunstancias similares están las viudas o hijos como beneficiarios legales de los braceros que ya han fallecido.

Para Robles, se trata de una estrategia deliberada del gobierno mexicano para complicar el trámite, además de que en los presupuestos nacionales aprobados por el Congreso de la Unión en lo que va del sexenio no han sido asignados recursos al fideicomiso bracero, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 25 de mayo de 2005 y vigente en la actualidad.

El activista es tajante: “Quieren que todos mueran, para no tener que pagarles… Pero aquí seguimos, hasta que el gobierno salde esa deuda histórica”. De qué tamaño es el monto de esa deuda, incluyendo los intereses y actualizaciones, no se ha establecido, reconoce el dirigente bracero.

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El proyecto en la Red.

…Y EL RESCATE HISTÓRICO

El tema, desestimado mayoritariamente por la academia mexicana durante y después del episodio histórico, ha sido reivindicado por el denominado Consorcio del Proyecto Historia Bracera (The Bracero History Project Consortium), que este 2015 ha lanzado un repositorio público en la Red.

Mientras en México las escasas fuentes documentales están en colecciones privadas y en el Archivo General de la Nación (con restricciones a la consulta y sin contar aún con versiones digitales en red), el proyecto estadounidense está enfocado a poner a disposición del público en general todo lo referente al Programa Bracero en voz de sus protagonistas.

En este proyecto denominado Archivo Historia del Bracero participan cinco instituciones de investigación superior: el Centro para la Historia y Nuevos Medios, la Universidad George Mason, el Museo Nacional de Historia Americana Smithsonian, la Universidad Brown, y el Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso.

Los preparativos han llevado años y el proyecto comenzó a tomar forma en el 2010 con la obtención de apoyos federales vía el Fondo Nacional de las Humanidades (National Endowment for the Humanities), un organismo que depende directamente del Presidente de los Estados Unidos.

El repositorio con versiones en inglés y español, permite agregar materiales en diversos formatos (un total de 12): documento, imagen, audio e hiperlink, entre otros, mismos que pueden ser descargados o accesados por el usuario, que a su vez puede contribuir con archivos propios siempre y cuando no infrinja derechos de autor.

Se trata de una obra colectiva sobre historias de vida de los jornaleros, que contempla incluir a otros involucrados en el Programa Bracero: los empleadores, así como funcionarios del Servicio de Inmigración y Naturalización (Immigration and Naturalization Service) asignados a las estaciones de reclutamiento, centros de procesamiento y de recepción, que operaron en ciudades mexicanas como Chihuahua, Monterrey y Hermosillo, y en las ciudades estadounidenses Eagle Pass, El Paso, Hidalgo, Nogales y El Centro.

Entre los archivos ya disponibles, se encuentra la tesis de maestría The impact of the Bracero Programs on a Southern California Mexican-American community. A filed study of Cucamonga, California, del estudiante Daniel Martínez y que data de 1958. En ese documento se narra que ambas Guerras Mundiales (y no sólo la segunda) contaron con programas bracero, entre otros hechos poco conocidos por el público.

No se trata sólo de un archivo de fotografías o de ensayos sobre el tema. Son las palabras vivas de los protagonistas de la Historia. Son recuerdos que perecerán con el bracero de no haber un proyecto de rescate como éste.

El acervo está en vías de constituirse en la memoria de un importante pasaje de la historia binacional, para que nunca más el destino de la bracereada sea el olvido.

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En pocas palabras, el reclamo ante el monumento al Benemérito.