CHIHUAHUA.- La Orquesta Filarmónica del Estado de Chihuahua ofreció este viernes 21 de junio, Día de la Música, en el Teatro de los Héroes un concierto dedicado a los compositores clásicos rusos, con un programa que abrió la interpretación de las Danzas Polovetsianas, de Alexander Borodin, fragmento de la ópera “El Príncipe Igor” una de las piezas más conocidas e interpretadas en el repertorio clásico.
La obra está llena de viveza y alegría, con partes de percusión vibrantes, una espectacular pieza, brillante y bárbara, pero con una elegancia vigorosa que la hace muy popular.
A continuación la OFECH interpretó la Balada para trombón bajo, arpa y cuerdas de Eric Ewazen, en la que el trombonista César Urbina fue el solista. No es muy habitual en la música clásica anterior al siglo XIX encontrar obras compuestas para el trombón, siendo más frecuente a partir del siglo XX. No obstante, grandes compositores como Claude Debussy, Nicolai Rimsky-Korsakov, Ludwig van Beethoven o Camille Saint Saens dedicaron a este instrumento algunas de sus obras.
En este caso, la naturaleza grotesca del sonido del trombón se llena de melancolía y sentimiento en una parte solista poco común pero llena de una belleza expresiva, con el acompañamiento de la orquesta, que maneja una línea melódica sencillamente hermosa.
La segunda parte del concierto de la Orquesta Filarmónica del Estado de Chihuahua, bajo la dirección del Maestro Armando Pesqueira, dio paso a la Sinfonía Nº 9 en Mi bemol Op 70 de Dimitri Shostakovich.
La que debía ser una fanfarria triunfal de la derrota alemana por parte del Ejército Rojo se convirtió en una retorcida e introspectiva sinfonía, que poco tenía que ver con la pretensión de las autoridades soviéticas.
La obra tiene aires melancólicos, en ocasiones caricaturescos, pero imbuidos en el carácter obsesivo del autor y el fatalismo ruso.
La OFECH interpretó la pieza gustándose, disfrutando de la obra, como lo hizo el público conocedor que aplaudió el esfuerzo de los músicos. (Texto y foto: comunidad7.com)

