Con un recorrido musical por diversas épocas y géneros, el cantautor Óscar Chávez se presentó la noche del domingo en el Décimo Festival Internacional Chihuahua en la tercera jornada de masivos.

El intérprete por excelencia de la canción social en México, no incluyó ninguna pieza de este género. Su emblemática Se vende mi país no estaba contemplada, y de antemano en la rueda de prensa el artista precisó que no se atenderían peticiones del público, en lo que finalmente cedería parcialmente al cerrar con Macondo (infaltable)y Flor de Azalea).

En su programa musical, Chávez le cantó al amor, a la pasión y a la mujer, y sólo las nostálgicas Hasta siempre (Che Guevara) y Paso del Norte se salieron de ese esquema. Así estaba estructurado su programa musical, con piezas tradicionales de México principalmente, pero también de otras partes de Iberoamérica.

Boleros, valses, sones y huapangos fueron interpretados por Chávez acompañado por su inseparable Trío Los Morales, multitalentosos músicos con guitarra, requinto, bajosexto, requinto veracruzano, arcordeón y arpa y con sus voces como instrumentos en los coros.

El recorrido musical fue de las costas (Guerrero y Veracruz) al norte, pero también incluyó Cuba, y piezas como Me duele el corazón, de Julio Jaramillo.

Cenizas, La Mariana, La llorona, Flores negras, Margarita, Margarita, Prisionero de tus brazos, la bruja, El pájaro cu, entre otras, fueron interpretadas y el artista anunció que «nos despedimos con ésta»: Por ti, junto con Macondo las más requeridas por el público.

A los inevitables gritos de «¡otra, otra!», los artistas regresaron al escenario para interpretar, precisamente, Macondo y Flor de Azalea, («¿está bien ésta?, habría de preguntar  Chávez antes de proceder).

-Si cantamos mucho, no nos vuelven a invitar…- bromeó, y también dijo que «volveremos cuando ustedes lo decidan».

Al terminar, cerró el libro de partituras y con él en alto, se despidió ahora sí definitivamente.

En el mundo del futbol se dice que cuando un jugador no tiene el desempeño acostumbrado, que «se parece a» (se llegó a decir del argentino Messi. Por qué no en otros campos, como el arte. Con su voz definitivamente más oscura (carraspeó en una ocasión), Óscar Chávez deleita con sus piezas románticas rescatadas del olvido, pero se extrañan sus canciones que van directo a la conciencia. (Fotos: Gabriel Cardona/FICH)