En forma de parodia, el movimiento magisterial RESISSSTE recreó la Ceremonia del Grito al mediodía de este martes en la explanada sobre el túnel de la avenida 16 de Septiembre.
En la escenificación realizada al aire libre, los personajes actuados por activistas fueron el presidente Enrique Peña Nieto, los partidos mayoritarios representados en el Congreso de la Unión (PRI, PAN y PRD, caracterizados con cabezas de marranos), el Tío Sam, Don Miguel Hidalgo y Costilla, y Pito Pérez haciendo las veces de narrador (con todo y su caguama).
El personaje del Presidente aparece pronunciando un discurso ante los juarenses, mientras el Tío Sam le da instrucciones sobre todas las reformas constitucionales requeridas para que sean las empresas extranjeras las que se beneficien de la explotación de los recursos naturales de la Nación, como el petróleo y el gas.
El Padre de la Patria es mantenido a raya por el Tío Sam, para impedirle dar el Grito que habría de llamar a los mexicanos a levantarse contra sus opresores.
-País petrolero… ¡Pueblo sin dinero!…- corearon constantemente los activistas -que incluyó a miembros de la Liga Socialista Revolucionaria- entre otras consignas para repudiar la venta del país a las trasnacionales.
Se mencionó también la homologación del IVA para los fronterizos, que a partir de este año pasó del 11 al 16 por ciento, con efectos perjudiciales para la economía local.
Una multitud de asistentes al Desfile oficial que recién había terminado y que se había realizado sobre la 16 de Septiembre para concluir en la calle Ramón Coron, se reunió en torno a la escenificación, que fue precedida por un bailable como parte de un programa cultural. Un pastel decorado con la figura del país, fue compartido con los niños y niñas presentes.
Asimismo, el RESISSSTE dio a conocer un manifiesto a los juarenses, el cual se transcribe a continuación.
Hace 204 años el pueblo mexicano inició la gesta heroica de liberar al país del yugo colonial español. Miles de mujeres Y hombres insurgentes, en su mayoría indígenas, acudieron al llamado de Don Miguel Hidalgo y Costilla para alcanzar la ansiada libertad y la independencia de México. Hoy, a más de 2 siglos de distancia nuestra Patria sufre una nueva colonización por parte del imperialismo estadounidense y las grandes compañías trasnacionales con la complacencia y complicidad de un gobierno entreguista cubierto por el descrédito Y la corrupción.
Hace 204 años irrumpió violentamente un vendaval de ira contenida por siglos de humillación y desprecio, una verdadera vorágine revolucionaria de las y los de abajo. Hoy se gestan las condiciones para una segunda independencia porque los sueños de Hidalgo, Morelos y Guerrero fueron traicionados por la élite gobernante que conforma la tercera generación de extranjeros nacidos en México: la primera fue la iniciadora del modelo neoliberal con De la Madrid, Salinas y Zedillo a la cabeza; la segunda, la de la docena trágica panista de Fox y Calderón; la tercera, la de la ignominiosa
restauración priísta con Peña Nieto como representante, que culminó el andamiaje jurídico para el desmantelamiento del Estado Mexicano al instrumentar contrarreformas como la laboral, la de comunicaciones, la administrativa-educativa y la energética, que dan al traste con los derechos de las y los mexicanos.
La lucha de independencia que buscaba terminar con la explotación, el racismo y la opresión cultural ha sido arrojada al cesto de la basura y abandonados los anhelos de Hidalgo por los modernos encomenderos, títeres del imperio. La educación para todas y todos, reemplazada por la idea de formar conciencias pasivas y adaptadas a las exigencias del capital; la democracia trastocada por la acentuación de los rasgos autoritarios del régimen; la justicia vituperada por el despojo y la precariedad en el trabajo; el fortalecimiento de identidades comunitarias substituida por los antivalores del mercado como el individualismo y la competencia feroz; la supresión de la esclavitud y los tributos por sujeciones de cuño oligárquico… En pocas palabras, la independencia de México y la soberanía nacional y popular suplantadas por la ocupación neocolonial y la formación de un estado vasallo.
Pero hoy como ayer, el pueblo de México se levantará contra sus opresores. Hoy como hace 2 siglos, renovados ánimos sociales se encientes para transitar de la desesperanza a la lucha, recientes afanes libertarios germinan y nuevas rebeldías se fermentan. No debemos olvidar que aún en los periodos más sórdidos de la historia los oprimidos organizan las resistencias Y construyen posibilidades de una vida mejor para todas y todos.




















